Post quirúrgico

Luego de la segunda cirugía, seguía con la incógnita sobre lo que había pasado. No entendía y nadie me daba explicaciones. Sin duda algo había salido mal.

Me sentía muchísimo mejor que en la primera en cuanto a mi columna.

El retiro de la zonda foley fue horrible, probablemente en la primera estaba aún bajo los efectos de la anestesia.

El equipo médico continúo llegando a realizar la curación de la herida y revisar la cantidad de material que salía hacia el dreno de la herida, esta vez mejor colocado, según sentía yo menos molestia.

El dolor de la herida fue terrible. Si, duele mucho y por mucho me refiero a muchísimo.

El implante se siente extraño, literalmente como si te tuvieran agarrado de las dos vertebras y no te permitiera realizar ciertos movimientos. En ocasiones con ciertos movimientos dolía, al acostarme y levantarme de la cama aún al día de hoy que escribo este blog 18/02/2020 aún existen molestias. Según el médico se terminan en un período de dos meses.

Sin duda la segunda cirugía había salido mejor, sentía un alivio, una descompresión de los nervios en mi columna la sentía como que me la hubieran estirado.

Comía muy poco en el hospital, la comida ya me daba asco. Y sentía muchísimo sueño todo el tiempo aunque no pudiera dormir bien. Tenía anemia.

Tampoco perdí tanta sangre como para ameritar una transfusión, según me indicaron.

El día viernes 31 de enero ya el dreno no tenía nada y decidieron darme de alta el día sábado.

El trayecto a casa fue de lo peor. Cualquier movimiento era muy doloroso.

No olvides tu donación, este sitio es para personas como tu y como yo, cuyo mejor recuerdo de la niñez era cuando no nos dolía la espalda.

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